XLIII Congreso ANAPORC

Antonio González Bulnes

Responsable de Biotecnología en Grupo Jorge

Antonio González de Bulnes López es licenciado en Veterinaria por la Universidad Complutense de Madrid y doctor en Veterinaria por la misma universidad. Desde el 2021, es el Responsable del Departamento de Biotecnología en Grupo Jorge, desempeñando su labor en la empresa Cuarte S.L. Además, es Profesor Asociado en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Cardenal Herrera CEU, en el Departamento de Producción y Sanidad Animal.

Antonio ha tenido una extensa carrera en investigación, iniciando como Investigador en el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), donde posteriormente ocupó posiciones de Científico Titular e Investigador Científico. Ha desarrollado una destacada labor en proyectos de biotecnología y producción animal, y su impacto científico incluye 253 publicaciones en revistas científicas indexadas, y la dirección de 17 tesis doctorales.

Su experiencia se extiende a la participación en múltiples proyectos nacionales e internacionales, como la mejora de la bioseguridad y el bienestar animal en granjas porcinas, así como la investigación en estrategias nutricionales para la sostenibilidad en la producción agroalimentaria. Además, ha colaborado con organismos de financiación en todo el mundo y es editor en varias revistas científicas internacionales.


RESUMEN DE LA PONENCIA:

Problemática a largo plazo del lechón pequeño: rendimientos en granja y matadero.

El aumento de la prolificidad en las líneas genéticas modernas se relaciona con el aumento del número de lechones nacidos muertos (mortinatos) y el aumento del número de lechones pequeños, con bajo peso al nacimiento. Estos efectos se relacionan con el hecho de que la selección para el aumento de la prolificidad se ha basado en el aumento del número de ovulaciones.

Sin embargo, el principal factor limitante del desarrollo fetal es el tamaño uterino. En caso de un alto número de embriones, algunos de ellos no tienen el suficiente espacio para llevar a cabo una correcta implantación y placentación y como consecuencia, mueren. El resto de los embriones o fetos sufrirán el fenómeno conocido como retraso o retardo en el crecimiento intrauterino y, si consiguen llegar al nacimiento, nacerán con bajo peso. Estos lechones con bajo peso al nacimiento presentan una importante problemática a corto plazo, durante la lactación, ya que tendrán comprometidos su viabilidad (debido a su debilidad, falta de maduración de determinados órganos y deficiencias importantes en las defensas inmunitarias) y su desarrollo (debido a factores epigenéticos que afectarán a su crecimiento, ganancia de peso, índices de conversión y tiempo para alcanzar el peso óptimo). El resultado final será un descenso en el número de lechones destetados por cerda y un menor peso medio de los lechones al destete.

Esta problemática se prolonga más allá de la lactación, lo que constituye un hecho menos conocido. Posteriormente, durante los periodos de transición y engorde, los lechones con bajo peso al nacimiento presentarán patrones de desarrollo y estado de salud diferentes a los de sus hermanos de camada. Así, los lechones con bajo peso al nacimiento verán reducido el consumo de alimentos y la eficiencia alimentaria, de modo que la ganancia de peso diaria se verá afectada, repercutiendo en una disminución de la homogeneidad de los lotes y su retraso en alcanzar el peso óptimo para matadero. La canal y la calidad de la carne también se verán comprometidas, ya que tendrán una fuerte tendencia al engrasamiento, con un menor porcentaje de fibras musculares y mayor diámetro de estas (fibras gigantes), por lo que aumenta la deposición de grasa intramuscular y el tejido conectivo en el músculo. En consecuencia, disminuirá la calidad de la canal y la carne y, con ello, el valor de la canal.